Durante su paseo semanal, Richard Enfield le cuenta a Gabriel John Utterson, un abogado londinense, una historia sobre un hombre de aspecto siniestro llamado Edward Hyde. Enfield le cuenta a Utterson que hace meses vio a este hombre pisotear a una joven después de chocar con ella accidentalmente y que le obligó a pagarle una indemnización para evitar un escándalo. Un caballero de buena reputación, conocido como el doctor Henry Jekyll, abonó esa cantidad. Utterson está perturbado porque Jekyll es amigo y cliente suyo y recientemente cambió su testamento para convertir a Hyde en el único beneficiario. A partir de ese momento, el abogado comenzará a investigar estos extraños sucesos entre su viejo amigo, el doctor Henry Jekyll, y el malvado Edward Hyde.