Un aspecto fundamental en la vida de todo cristiano es la oración. No solo con oraciones, sino deseando ser orantes, experimentando que en toda nuestra vida está el Padre, como Jesús. Pero la vida del orante se encuentra con realidades que, en algunos momentos, parecen contradictorias: ¿se podrán integrar en la oración el silencio y el ruido?, ¿qué significa apartarse de la realidad, pero, a la vez, buscar un compromiso con el mundo? En la oración está presente el mundo de las relaciones con Dios -religiosidad-, pero, a la vez, sentimos la urgencia de integrarlo con el mundo que nos rodea -secularidad-. ¿Cómo lograrlo? El autor ha tratado de compaginar algunos de estos aspectos aparentemente contrapuestos, buscando integrarlos. Esas son sus palabras orantes, buscando dar pistas que puedan servir para crecer en la respuesta que queremos dar, cada vez de más calidad, como seguidores de Jesús.