Después de escribir doscientos libros de todo género y publicarlos con más de cincuenta editoriales, el autor -nieto de Jardiel Poncela y reputado estudioso del humor- tiene mucho, pero que mucho que contarnos sobre el proceso de escribir y publicar en este país. Pero lo hace con un gran sentido del humor, dotando a su prosa de una inteligente mirada satírica, diciendo las cosas que no se suelen decir, desvelando los secretos de los escritores y destapando las triquiñuelas de los editores. Quizá por esta razón este libro se convierta en el último de los suyos y le pongan en la lista negra para siempre. Pero mientras esto sucede o no, ha sacado a la luz este original volumen en el que nos habla del proceso de escribir desde el principio y con todos sus pasos, desde que se piensa en la idea original hasta intentar que los paseantes de las ferias del libro se fijen en él. Es, a la vez, un libro de consejos utilísimos para los plumillas y una deliciosa mirada paródica a una de las profesiones más bonitas del mundo pero también de las que tienen más infiltrados en sus filas que no tendrían por qué estar allí.