Este libro analiza la cooperación entre la Unión Europea y la Federación Rusa en cuestiones de energía, de gran incidencia en la reestructuración de las relaciones en el continente europeo. El hecho de que Rusia posea enormes recursos energéticos y de que la Unión Europea muestre un creciente potencial de consumo determina una complementariedad de intereses que puede dar abundantes frutos una vez desaparecidas las tensiones asociadas a la Guerra Fría. Se examina el sector de la energía en Rusia, las iniciativas comunitarias que pretenden contribuir a solucionar los problemas energéticos descritos y las limitaciones con que tropieza la cooperación.