Estas homilías están escritas para los sencillos de comunidades cristianas que viven en América Latina. Tienen un sabor “de allá”, un sabor a conversión familiar sobre la Palabra de Dios. El encanto está en la sencillez. La exégesis habrá que buscarla en otros materiales. Los pobres culturalmente nos pueden dar una lección de cercanía y de “palabra adaptada” a su situación, a su posibilidad de comprensión.