Un aspecto interesante del Palacio Laredo es un carácter de museo de antigüedades y objetos valiosos, que fueron sistemáticamente coleccionados por su primer propietario con fines no solamente decorativos, sino también arquitectónicos, y con la intención de contribuir a la recuperación material del patrimonio artístico. Muchas partes de la construcción son efectivamente piezas arqueológicas procedentes de monumentos históricos que en el siglo XIX se hallaban deteriorados o abandonados, como el vecino Castillo de Santorcaz, la Penitenciaría de Jesuitas del monte de Loranca, el Palacio de los Infantes de Aragón en Zaragoza, el Palacio de los Condes de Tendilla en Guadalajara, el de rey Pedro I en Jaén y la primitiva Casa Consistorial de Alcalá de Henares.