En estas páginas se ofrece una interpretación trinitaria del padrenuestro a la luz de la teología de san Agustín y del relieve que otorga al Espíritu Santo. Es la fuerza del Espíritu que anima todo el dinamismo trinitario y nos hace vivir “el espíritu de filiación”. En cuanto oración hecha en el Espíritu, el padrenuestro nos introduce en el conocimiento del Dios trinitario, reavivando así nuestra propia condición filial. Una importancia especial adquiere en este libro la vinculación del Espíritu Santo con la caridad y la voluntad divina.