La arquitectura sostenible toma en consideración las características climáticas del emplazamiento y los datos específicos del entorno, ocupándose de las soluciones de habitabilidad y de las prestaciones de los sistemas mecánicos y de la tecnología necesaria que mejor responda a las características ambientales y climáticas del lugar con el objetivo de llegar a un nivel adecuado de bienestar. A través de un proyecto consciente en el uso de los recursos y de los materiales se maximiza el beneficio obtenido y se disminuye la presión energética global mediante la utilización de energías renovables, sistemas no mecánicos de ventilación y de otras innovaciones tecnológicas. En pocas décadas se ha pasado del concepto de arquitectura sostenible al de arquitectura bioecológica, ampliando la escala incluso a la ecología urbana. Actualmente, la arquitectura sostenible se presenta como un requerimiento indispensable e indiscutible para la sostenibilidad del medio ambiente, que implica sin duda razonamientos económicos viables y socialmente justos.