Un cuento debe producir, según Edgar Allan Poe, "una conmoción súbita", ha de comunicar una emoción de manera rápida y directa. Cuentos a quemarropatransmite emociones fuertes y proporciona el placer de convertir la lectura en un magnífico descubrimiento. Quizá sin saberlo, los autores y autoras de este libro han hecho suyas las palabras de Manuel Vázquez Montalbán cuando advirtió: "Nos aburría tanto lo que escribían los otros e incluso lo que escribíamos nosotros, que hicimos lo que haría cualquiera en este caso: escribir lo que nos gustaría leer. Y… nos salieron historias en las que intervenía la aventura y el delito. Porque eran las historias que más nos habían impresionado en el cine o en las novelas policíacas baratas". La aventura y el delito están en estos Cuentos a quemarropa, escritos como un reto personal y una revelación técnica; con tanta emoción literaria que su lectura les hará disfrutar.