En la década de los 90, Roger Corman nos contaba Cómo hice 100 films en Hollywood y nunca perdí un céntimo y algo parecido hizo Robert Rodriguez en Rebelde sin pasta, libros que explicaban cómo ambos lo acabaron petando en Hollywood. Treinta años después, el cine ha cambiado mucho y más para quienes intentan abrirse camino en un país a las antípodas de lo que significa el cine para Hollywood, a nivel económico, social y cultural. Al contrario que Corman y Rodriguez, Marc Fàbregas, tras dirigir, escribir, producir, editar y distribuir los largometrajes Cuinant y Colisión, perdió dinero... Ya... y entonces, ¿qué tiene de interesante saber cómo lo ha hecho? Es bastante probable que los futuros cineastas que quieran estrenar una película sin apenas presupuesto, se encuentren con algo bastante parecido a lo que Fàbregas nos explica. Su propósito es guiarlos en un viaje que va desde la idea a la exhibición de su película, con sus aciertos y errores, e intentar que, por el camino, no acaben odiando el cine. Y es que, a ver, si no se disfruta un poco, para qué meterse, ¿no? Claude Chabrol en su libro Cómo se hace una película acaba diciendo que «quien realice películas y no comprenda que el tiempo de rodaje es el tiempo del gozo, no debería seguir haciendo cine». Pues esa es la idea, gozar del cine como decía Chabrol, pero no solo durante el rodaje, sino también en la preparación y en la posproducción, por muy feo que se ponga todo.