Por la fuerza liberadora y renovadora del quehacer filosófico que desprenden sus páginas, nos encontramos ante una de las obras clave que se han escrito para entender al hombre del siglo XX. Constituye una denuncia contra todos aquellos (hombres y sistemas) que reducen y desesperan al hombre, a veces sin pretenderlo y otras veces a conciencia, convirtiéndole en el hombre función. Y ahora, a las puertas de un nuevo milenio de su historia, cansado de antropologías absurdas, este hombre experimenta «la sed de ser» y quisiera «que la vida no se redujese a una historia contada por un idiota». De ahí la actualidad de este ensayo, como fundamento de una filosofía de la esperanza.